Pues bien, nos cuenta que en el programa del lunes hubo una charla sobre las erupciones solares. Científicos contaban que estamos en la fase más potente del sol en cuanto a esas erupciones y que ahora es cuando son más dañinas para nuestra tecnología.
El 14 de febrero (que monada) una de esas emisiones solares se dirigía hacia nuestro querido y aborchornado planeta, pero debido a su situación en ese momento (el campo magnetico terrestre estaba de una forma peculiar) nos libramos de su "impacto", como los terremotos y otras catástrofes tiene un tipo de medida, la del 14 de febrero fue de tipo X, que es el nivel máximo que puede llegar (aunque después puedan ser X2 y demás variantes).
Me centro en la cuestión, según ellos ( los científicos) en cualquier momento una de esas emisiones de energía llegará a nosotros sin que podamos hacer mucho al respecto, porque no podemos mandar a Bruce Willis a pararlo; nosotros no correremos ningún riesgo, es decir, no mutaremos y nos convertiremos en zombies comecerebros, ni nada de eso. Será peor, nos quedaremos sin electricidad, nuestra tecnología dirá adiós, ordenadores, coches, suministros eléctricos, ciudades, todo a oscuras.
Volverá la época de ir a la finca a sachar en las patatas, cosa que mucha gente aún hace, y quien sabe, volveremos a los tiempos de los señores feudales, de la anarquía por un trozo de pan, de vigilar nuestra espalda al dormir, y de dejar de ver a aquellos que viven lejos, de viajar a lugares insólitos para centrarnos en el nuestro.
Una cura de humildad con dimensiones catastróficas y en cambio, naturales.
Siempre decimos que el cambio climático y esas cosas están muy lejos de nosotros, ya pensarán la gente cuando les toque, error. Nunca ponemos remedio a nada. Y ahí está nuestro fallo.