jueves, 28 de octubre de 2010

La primavera

¿Cuantas veces en soledad lloramos por no saber ser queridos?
Cuando menos te lo esperas, se abre una ventanita, que te dice ¡salta! y verás lo que te espera fuera.
Puedes llevarte el leñazo del siglo, o simplemente, aterrizar entre almohadas de pluma.
Nunca sabes donde puede estar ese colchón que te relaja tanto después de un horroroso día.
Donde está ese saber que no estás sola, aunque estés rodeada de gente, la sensación de algo más que puedes llegar a tener si te atreves a tirarte por la ventana.
Una desvaría a más no poder cuando tiene cosas en la cabeza que no sabe como decirlas sin parecer infantil o inmadura, porque cuando las palabras equivocadas salen no hay vuelta atrás.

En mi vida pocas veces he saltado por la ventana, unas veces me encontré cosas no deseadas, pero en otras he encontrado la primavera.

Estaba a la vuelta de la esquina